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DE política y cosas peores... catón

De Política y Cosas Peores
Armando Fuentes Aguirre "Catón" [

La piedra en el zapato

Las licencias de matrimonio son las únicas que se piden después de que la cacería ha terminado. El hombre siempre piensa que él es el cazador. Error tremendo: Es el cazado. No en vano la semejanza de las dos palabras: “Casado” y “cazado”. Sin embargo es cosa bella y dulce caer en los brazos de una mujer -no en sus manos-, y disfrutar la vida en esa “tender trap”, tierna trampa, que dijo Frank Sinatra. En efecto, tu esposa te ayuda a resolver los problemas que no tendrías si no tuvieras esposa. 

Por eso es explicable que haya hombres que se resisten a ser uncidos -perdón, unidos- por el sagrado vínculo matrimonial. Uno de ellos es Afrodisio Pitongo. Proclive a la carnalidad y los fornicios, cuando conoce a una mujer le recita incontinenti aquella picaresca copla que a la letra dice: “Dame, amor, lo que te pido, / que no te pido la vida: / de la cintura pa’ abajo; / de las rodillas pa’ arriba”. A veces su soltería le resulta cara, y entonces debe repetir otra copla popular igualmente traviesa: “Por un favor que me hiciste / me cobraste cuatro reales. / Chinita, no seas ingrata: / ¡yo puse los materiales!”. Sucedió que después de un largo asedio el concupiscente galán logró por fin que Dulcilí, muchacha candorosa, le hiciera ofrenda de su virginidad, eso que los ingleses llaman “cherry”, pues extrañamente le encuentran semejanza al himen con una cereza. (Supongo que por la forma, claro, no por el sabor). Acabado que fue el primer acto amoroso, el de la inicial entrega, la ingenua joven le dijo a Pitongo con ensoñador acento: “¡Me gustaría vivir siempre a tu lado!”. Tal expresión, es obvio, llevaba una evidente intención matrimonial. Respondió el cínico amador: “Desde luego, mi vida. Te avisaré cuando se desocupe el departamento que está al lado del mío, para que lo alquiles”. (¡Ah, hombres! Si no fuera yo uno de ellos diría que son aleves, fementidos, perjuros, falsos, infidentes, desleales, pérfidos, infames y cabrones)... Carlos Romero Deschamps es, desde luego, una piedra en el zapato de la reforma energética. No obstante eso será difícil que el soldador corra la misma suerte que la profesora. La señora Gordillo era lebrona, como se dice en el noreste mexicano al hablar de la mujer indócil. Exigía tajadas grandes del pastel; llegó a ser dueña del ISSSTE, la Lotería Nacional y la SEP, entre otras muchas cosas; creó su propio partido, que con frecuencia enfrentó al PRI. 

Planteaba riesgos, así como en su tiempo los planteó La Quina, aquel poderoso cacique petrolero que hizo de Tamaulipas su propiedad particular. Romero Deschamps, en cambio, si bien es inicuo también es inocuo. Sus corrupciones indignan a la gente, pero no representan amenaza para quienes detentan el poder. 

Lo dejarán estar donde ahora está, al menos durante el tiempo que duren las escaramuzas relacionadas con la reforma petrolera, y luego le tenderán puente de plata para que haga algún discreto mutis. Esto, desde luego, no es profecía: Es buen deseo de que, siquiera sea poco a poco -así lo demandan las tristes circunstancias de nuestro país-, desawwwwwparezcan esos caducos especímenes (¡bófonos!) que son los líderes sindicales a la usanza mexicana... He aquí, para terminar, una breve sucesión de breves majaderías... ¿Cómo se puede saber el clan al que pertenece un escocés? Si debajo de su kilt o falda trae una Big, es un MacDonald... ¿En cuánto tiempo se puede pasar de la preocupación al pánico? Aproximadamente en 28 días... ¿Cómo se les llama al esposo y la esposa que usan el método del ritmo para evitar el embarazo? Se les llama “papás”... Un jugador de futbol americano colegial cumplió una condena de dos años en una prisión de Estados Unidos. Al entrar era ala cerrada, y salió como receptor abierto... 

¿Cómo engaña una mujer frígida a su esposo? Le duele la cabeza con el vecino... 

“Malas noticias -le informó el doctor a su paciente-. Tiene usted sida y Alzheimer”. “Mala suerte -suspiró el hombre-. Lo bueno es que no tengo sida”... 

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